sábado, 20 de agosto de 2011

Redefiniendo los términos.

“Conjunto de normas por las que se regula o se rige determinada materia o actividad”  Así define la Real Academia Española, sin pleonasmo o parafernalia, a la palabra normativa. Toda institución, ente, empresa u organización posee una normativa con la que se mantiene un control sobre las actividades que se realizan así como en la forma en que se ejecutan.

En el caso de los entes y servicios públicos el cumplimiento de estas normativas aplica tanto para quienes en ellos laboran como para los que hacen uso frecuente de los mismos. Uno de los problemas que presenta nuestra ciudad es que no se respetan ni se hacen cumplir las normativas, por citar un ejemplo claro, la compañía Metro de Caracas.

Enfoquémonos por un momento en el sistema subterráneo Metro, normas tan sencillas, que probablemente recitamos de memoria como “Camine por su derecha en todas las áreas de la estación y hágase a un lado cuando tenga que detenerse”, “No pase la franja amarilla hasta que el tren se detenga y abra sus puertas”, “Colóquese a los lados de las puertas y permita la salida, recuerde, dejar salir es entrar más rápido” y las acostumbradas, pero aparentemente olvidadas, prohibiciones acerca de la comida, bebidas, bolsos que obstaculicen el paso, puestos preferenciales, entre otras si en lugar de limitarnos a recitarlas empezáramos a cumplirlas, convirtiéndonos en ejemplo para otros usuarios, el trayecto que recorremos a diario pasaría de ser un suplicio para convertirse en un viaje que realizamos con orden y normalidad.

Pasemos ahora al sistema de transporte público urbano, la anarquía se hace presente pues las unidades no respetan las paradas, embarcan y desembarcan personas en cualquier esquina sin importar semáforos, cruces peatonales ni señalización alguna, sumado a esto, la carencia de buenas costumbres de los usuarios que destrozan los asientos y la poca educación de colectores y pasajeros, convierten el uso del transporte en una odisea. ¿La solución? Comenzar a cumplir las normas, las paradas fueron diseñadas para el embarque y desembarque de usuarios, los rayados y semáforos se encuentran allí para ser respetados. El cambio comienza cuando decides pedir que te dejen en la parada en lugar de vociferar: Donde puedas por favor; cuando no te bajas en una esquina con el semáforo a punto de cambiar a verde y cuando le pides al conductor que no se quede sobre el paso peatonal pues es el espacio para los que transitan nuestra ciudad a pie.



Piensa en las ventajas que produce una ciudad donde las normas se cumplan y todo funcione a cabalidad, no es imposible, forma parte de una iniciativa que nos conduce a mejorar. Me uní porque yo SoyCcs ¿Y tú?

Monica Mendez.