miércoles, 31 de agosto de 2011

Las normas y por que debemos cumplirlas

“Conjunto de normas por las que se regula o se rige determinada materia o actividad”  Así define la Real Academia Española, sin pleonasmo o parafernalia, a la palabra normativa. Toda institución, ente, empresa u organización posee una normativa con la que se mantiene un control sobre las actividades que se realizan así como en la forma en que se ejecutan.

En el caso de los entes y servicios públicos el cumplimiento de estas normativas aplica tanto para quienes en ellos laboran como para los que hacen uso frecuente de los mismos. Uno de los problemas que presenta nuestra ciudad es que no se respetan ni se hacen cumplir las normativas, por citar un ejemplo claro, la compañía Metro de Caracas.

Enfoquémonos por un momento en el sistema subterráneo Metro, normas tan sencillas, que probablemente recitamos de memoria como “Camine por su derecha en todas las áreas de la estación y hágase a un lado cuando tenga que detenerse”, “No pase la franja amarilla hasta que el tren se detenga y abra sus puertas”, “Colóquese a los lados de las puertas y permita la salida, recuerde, dejar salir es entrar más rápido” y las acostumbradas, pero aparentemente olvidadas, prohibiciones acerca de la comida, bebidas, bolsos que obstaculicen el paso, puestos preferenciales, entre otras si en lugar de limitarnos a recitarlas empezáramos a cumplirlas, convirtiéndonos en ejemplo para otros usuarios, el trayecto que recorremos a diario pasaría de ser un suplicio para convertirse en un viaje que realizamos con orden y normalidad.

Pasemos ahora al sistema de transporte público urbano, la anarquía se hace presente pues las unidades no respetan las paradas, embarcan y desembarcan personas en cualquier esquina sin importar semáforos, cruces peatonales ni señalización alguna, sumado a esto, la carencia de buenas costumbres de los usuarios que destrozan los asientos y la poca educación de colectores y pasajeros, convierten el uso del transporte en una odisea. ¿La solución? Comenzar a cumplir las normas, las paradas fueron diseñadas para el embarque y desembarque de usuarios, los rayados y semáforos se encuentran allí para ser respetados

 El cambio comienza cuando decides pedir que te dejen en la parada en lugar de vociferar: Donde puedas por favor; cuando no te bajas en una esquina con el semáforo a punto de cambiar a verde y cuando le pides al conductor que no se quede sobre el paso peatonal pues es el espacio para los que transitan nuestra ciudad a pie.


Piensa en las ventajas que produce una ciudad donde las normas se cumplan y todo funcione a cabalidad, no es imposible, forma parte de una iniciativa que nos conduce a mejorar. Me uní porque yo SoyCcs ¿Y tú?

martes, 30 de agosto de 2011

Hablemos de cifras

4.345.000 “Cuatro millones trescientos cuarenta y cinco mil” (1)
Habitantes

2.200.000 “Dos millones doscientos mil” (2)
Automóviles

1.800.000 “un millón ochocientos mil” (3)
Pasajeros diarios del Metro de Caracas

Simples números, cifras sencillas de leer con las cuales los invitamos a pensar un poco a reflexionar sobre cuanta gente hay en tu entorno y en como las acciones de un individuo puede afectar  a grandes grupos de personas.

Acciones como irrespetar un semáforo, obstaculizar el cierre de puertas en el sistema metro o  cruzar una avenida por los lugares inadecuados,  exponen las ya marcadas deficiencias que presenta  la estructura de la ciudad ya sea por un diseño urbanístico sobre saturado o la inexistencia de dicho diseño en muchas aéreas resultado del crecimiento descontrolado que ha sufrido por muchos años.

Es la ciudad que tenemos, muchas cosas ciertamente se han hecho mal, pero carece de sentido sentarnos a lamentarnos sobre el pasado, siempre hay espacio para la corrección de los errores cometidos, pero depende de la voluntad individual de cada uno de los habitantes generar actitudes que lentamente se vuelvan masivas y así crear un gran cambio que haga de Caracas una ciudad mejor.

No debemos esperar por políticas estadales, por soluciones impuestas, quien mejor que cada uno de nosotros envueltos en el día a día de  la ciudad para detectar cuales son aquellas cosas que se hacen mal y trabajar para cambiarlas.

En el marco del respeto, no temas hacerle saber a quien comete una falta que lo que hace no es correcto, es el deber de cada ciudadano defender sus espacios, no con la violencia pero si con el uso consiente de la 
palabra.


Juntos podemos crear una cultura ciudadana y así tener una mejor ciudad. Yo SoyCcs ¿y tú?

Walther Sojo

(1)http://www.citypopulation.de/world/Agglomerations.html
(2)Instituto Nacional de Tránsito y Transporte Terrestre (Inttt)
(3)cifras de metro de caracas CAMetro

sábado, 20 de agosto de 2011

Redefiniendo los términos.

“Conjunto de normas por las que se regula o se rige determinada materia o actividad”  Así define la Real Academia Española, sin pleonasmo o parafernalia, a la palabra normativa. Toda institución, ente, empresa u organización posee una normativa con la que se mantiene un control sobre las actividades que se realizan así como en la forma en que se ejecutan.

En el caso de los entes y servicios públicos el cumplimiento de estas normativas aplica tanto para quienes en ellos laboran como para los que hacen uso frecuente de los mismos. Uno de los problemas que presenta nuestra ciudad es que no se respetan ni se hacen cumplir las normativas, por citar un ejemplo claro, la compañía Metro de Caracas.

Enfoquémonos por un momento en el sistema subterráneo Metro, normas tan sencillas, que probablemente recitamos de memoria como “Camine por su derecha en todas las áreas de la estación y hágase a un lado cuando tenga que detenerse”, “No pase la franja amarilla hasta que el tren se detenga y abra sus puertas”, “Colóquese a los lados de las puertas y permita la salida, recuerde, dejar salir es entrar más rápido” y las acostumbradas, pero aparentemente olvidadas, prohibiciones acerca de la comida, bebidas, bolsos que obstaculicen el paso, puestos preferenciales, entre otras si en lugar de limitarnos a recitarlas empezáramos a cumplirlas, convirtiéndonos en ejemplo para otros usuarios, el trayecto que recorremos a diario pasaría de ser un suplicio para convertirse en un viaje que realizamos con orden y normalidad.

Pasemos ahora al sistema de transporte público urbano, la anarquía se hace presente pues las unidades no respetan las paradas, embarcan y desembarcan personas en cualquier esquina sin importar semáforos, cruces peatonales ni señalización alguna, sumado a esto, la carencia de buenas costumbres de los usuarios que destrozan los asientos y la poca educación de colectores y pasajeros, convierten el uso del transporte en una odisea. ¿La solución? Comenzar a cumplir las normas, las paradas fueron diseñadas para el embarque y desembarque de usuarios, los rayados y semáforos se encuentran allí para ser respetados. El cambio comienza cuando decides pedir que te dejen en la parada en lugar de vociferar: Donde puedas por favor; cuando no te bajas en una esquina con el semáforo a punto de cambiar a verde y cuando le pides al conductor que no se quede sobre el paso peatonal pues es el espacio para los que transitan nuestra ciudad a pie.



Piensa en las ventajas que produce una ciudad donde las normas se cumplan y todo funcione a cabalidad, no es imposible, forma parte de una iniciativa que nos conduce a mejorar. Me uní porque yo SoyCcs ¿Y tú?

Monica Mendez.